El sabor amargo del té es causado por unas substancias llamadas Taninos. Los taninos son metabolitos secundarios de las plantas, sus moléculas son solubles en agua y tienen una base fenólica. Son los causantes de ese sabor “amargo” (más bien astringente) de el té y otros alimentos.
Estas substancias están presentes en muchas plantas y árboles, y en nuestra vida cotidiana mucho más de lo que creemos. No quiero hablar mucho sobre la función de estas moléculas en la naturaleza, así que vamos a hablar de cómo nos afectan.
Además de dar ese amargor característico al té o a los vinos (están presentes también en muchas frutas, sobretodo si no está maduras) estos pequeños, pueden ser muy beneficiosos para nuestro organismo. Muchos de estos taninos bloquean la formación de una molécula que da la señal para que los vasos sanguíneos se contraigan inutilizando su efecto. ¿Nunca habías escuchado eso de que un vasito de vino al día te alarga la vida? Pues ya sabes porque. Como he dicho antes, el vino contiene taninos (incluso es valorado según su contenido) y un consumo responsable puede evitar problemas cardiacos.
Si bien pueden ser saludables para nuestro organismo, en un consumo moderado, no lo son tanto para los herbívoros. Tienen una toxicidad elevada para los seres vivos que se alimenten exclusivamente de plantas con altas concentración de taninos. Estos son capaces de unir proteínas entre si de forma no específica (es decir, de “cualquier manera”), causando así más problemas que beneficios (Otro día hablaremos de las proteínas y sus funciones en el organismo).
A modo de curiosidad se puede decir, que para los amantes del buen té, sería un error tomarlo con leche. Ya que la leche en su composición tiene muchas proteínas, que se unen a los taninos y reducen así el amargor del té. Si aún así queréis tomar un buen té con leche, la mejor manera de hacerlo es poniendo primero la leche en la taza y el té caliente después. De esta manera, debido al calor del té logramos desnaturalizar algunas de las proteínas de la leche (de manera leve, no desnaturalizamos todas ni mucho menos) y lograr así que no se unan a los taninos. No tendremos todo el sabor amargo que tendríamos sin la leche, pero algo es algo.
Saludos.